Las palabras se las lleva el viento, un contrato queda

Por qué siempre deberías tener un contrato (aunque confíes en tu cliente)

FREELANCERS

Sofía Jure

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Si trabajás como freelancer o tenés un negocio de servicios, seguramente alguna vez te encontraste en una situación incómoda por no haber dejado las cosas claras desde el inicio. Y sí, lo digo por experiencia. Puede ser un cliente que desaparece sin pagar, cambios infinitos en un proyecto o simplemente expectativas mal alineadas. ¿La solución? Tener un contrato. Siempre.

Al principio, me costaba verlo necesario. Pensaba: "Si hay confianza, ¿para qué tanto papeleo?" Pero la realidad es que un contrato no es solo para cuando las cosas salen mal (aunque ayuda mucho en esos casos), sino para prevenir malentendidos y profesionalizar tu servicio desde el minuto uno.

Un contrato bien hecho establece qué incluye tu servicio, qué no incluye, tiempos, pagos, revisiones y condiciones generales. Así evitás esas frases temidas como "Ah, pero pensé que esto estaba incluido" o "Después te hago la transferencia". Porque, seamos honestos, en negocios lo que queda por escrito es lo que vale.

Otro punto clave es que un contrato protege tanto a vos como a tu cliente. No es solo un "escudo" para que no te dejen sin cobrar, también es una herramienta para que ambas partes sepan qué esperar y trabajen con mayor tranquilidad. Además, muestra que tomás tu trabajo en serio y que sos profesional en lo que hacés.

Si todavía no usás contratos o no sabés por dónde empezar, te dejo una proforma de contrato de servicios que podés descargar y adaptar a tu negocio. Es el mismo formato que uso en mis proyectos, así que te puede ahorrar bastante tiempo y dolores de cabeza.

Usar un contrato no significa que desconfíes de tus clientes, significa que valorás tu tiempo, tu trabajo y que querés relaciones profesionales más claras y sanas. Así que si aún no lo hacés, este es el momento de empezar.